Manila, la ciudad de los mil contrastes

Manila, la ciudad que nunca duerme. Moderna y tradicional, exótica y occidental, caótica y, a la vez, tranquila.

Hace ya casi 13 años que pusimos por primera vez pie en Manila. Fue a mitad de 2011 y veníamos cargados de ilusiones ya que era nuestra primera puesta de contacto con el continente asiático.

Justo en la cinta de recogida de maletas del Aeropuerto Ninoy Aquino, constatamos lo que podría considerarse un preludio de lo que nos esperaba a continuación. Una barbaridad de gente se agolpaba recogiendo sus equipajes y todo tipo de dispositivos electrónicos que habían comprado en Dubai. Eso sí, caras sonrientes y carcajadas por todos lados. 

Desde el primer momento ya vimos que los filipinos iban a hacer de la experiencia algo grande.

Fue salir de la terminal, respirar y recibimos ese golpe tropical que da en estas latitudes, y ahí fue cuando ya nos dimos cuenta de una vez por todas que habíamos llegado a un mundo nuevo.

Tomamos un taxi con destino al apartamento que teníamos alquilado en pleno centro de Makati City, el distrito financiero de Metro Manila. Quedamos ensimismados con la cantidad de rascacielos que se erigían a lo largo de nuestro camino según recorríamos la Skyway , la autopista que conecta el aeropuerto con Makati. 

El taxista era muy simpático y, al preguntar de dónde veníamos y decirle que éramos españoles, nos empezó a comentar que sus antepasados eran españoles. Y es que es increíble pensar que los españoles estuvieron más de 300 años en este precioso archipiélago. 

Después descubrimos que muchos filipinos se enorgullecen de sus orígenes españoles y es un buen punto de partido para iniciar una conversación con ellos.

RASCACIELOS, MUCHOS RASCACIELOS

Tomamos un taxi con destino al apartamento que teníamos alquilado en pleno centro de Makati City, el distrito financiero de Metro Manila. Quedamos ensimismados con la cantidad de rascacielos que se erigían a lo largo de nuestro camino según recorríamos la Skyway , la autopista que conecta el aeropuerto con Makati. 

El taxista era muy simpático y, al preguntar de dónde veníamos y decirle que éramos españoles, nos empezó a comentar que sus antepasados eran españoles. Y es que es increíble pensar que los españoles estuvieron más de 300 años en este precioso archipiélago. 

Después descubrimos que muchos filipinos se enorgullecen de sus orígenes españoles y es un buen punto de partido para iniciar una conversación con ellos.

MANILA, UNA CIUDAD LLENA DE CONTRASTES

Según avanzábamos entre un mar de vehículos,  podíamos visualizar con más detalle este gigante urbano. Había una mezcla de rascacielos, con barrios de casas en medio de una selva frondosa y además, chabolas a algunos lados. También se avistaba algún campo de golf y lo más curioso era que en lo alto de algunos rascacielos aparecían mensajes en inglés diciendo “Dios te ama” lo que indica la cultura religiosa de este país católico.

Fue impactante ver la cantidad de gente que había y las mil maneras de ganarse la vida que observamos en cuestión de minutos. En definitiva, todo era distinto, exótico y un continuo estímulo para los novatos en el sudeste asiático.

Una vez en casa, nos asomamos a la ventana y observé desde la planta 27 que estábamos en un mundo distinto y no os vamos a engañar, sentimos un subidón desde el primer momento. Desde allí arriba se podía ver mucho de la ciudad y honestamente siempre me encantaron los contrastes. Sentimos una cierta envidia sana cuando nuestros viajeros comienzan su viaje y la ilusión de las primeras veces recorre todo su ser.

LA CIUDAD QUE NUNCA DUERME

A pesar del ruido constante, de las bocinas de los coches, jeepneys, triciclos , autobuses y un sinfín medios de locomoción, nos pareció que dentro de este caos todo estaba lleno de vida rebosante y Manila, queridos lectores, es una urbe que rezuma una única vida caótica, pero a la vez es adictiva. 

El concepto 24/7 de ciudades como Nueva York aplica de lleno en Manila. Aquí podrás comer a la hora que sea, si te apetece darte un masaje en casa o en el hotel a tu llegada porque no puedes dormir, también. Como si te apetece un mango o un coco recién cortado, multitud de vendedores callejeros pueblan las calles día y noche con sus carritos.

No es ningún secreto que Filipinas es un país en pleno desarrollo económico ni tampoco, que tiene unas desigualdades importantes. Manila es el mayor ejemplo. En ella, habitan casi 20 millones de almas repartidas por un conjunto de 17 ciudades que conforman la llamada Metro Manila. 

DE ANÉCDOTAS VA EL TEMA

Obviamente, habrá más entregas sobre Manila. Esta ciudad da para mucho. Aún así, queremos cerrar el post con una bonita historia que nos ocurrió y que nos hizo ver lo bondadosa y gentil que es la población filipina. 

Una noche salimos con unos amigos, al salir del taxi se nos olvidó el portátil y unas cosas en el maletero.  Al cabo de unos días, recibí un aviso de un amigo que había sido contactado, a través de un programa de radio que se dedica a devolver objetos perdidos en el transporte público. Nos llevaron en directo al programa para hacernos entrega del hallazgo.

Lo que más nos movió, es que este señor de mediana edad recorrió media ciudad para poder devolvernos nuestras pertenencias. Le dimos mil gracias y le dijimos que había sido todo un detalle por su parte. Él nos dijo que hay cosas que para algunos son muy valiosas y que él no era nadie para  pronunciarse al respecto. 

Nos dijo que a él también le habían devuelto cosas que había perdido, lo cual le parecía una buena razón para continuar con esta cadena de favores. A nosotros, se nos quedó una enorme sonrisa en la cara y le prometimos que continuaría con su propuesta.  

Si quieres saber qué más cosas te ofrece la ciudad y el resto de Filipinas, sigue leyendo nuestro blog.

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